Descubriendo... New York City! (Day Six)

La mañana del sabado fue totalmente distinta a lo que habiamos vivido durante los dias anteriores. Contratamos una excursion guiada para conocer los otros barrios de Nueva York, esos que quedan ocultos tras la sombra de los rascacielos de la isla de Manhattan pero que forman tambien parte de esa ciudad. Los contrastes fueron tremendos, vale la pena pagar un poquito para que te lleven en bus hasta rincones que tu jamas pisarias. Como The Bronx. Esa fue nuestra primera visita y tambien la mas impactante de todas. El Bronx esta situado al norte de la ciudad y, nada mas entrar, ya te das cuenta de que estas en otro mundo en el que las reglas que tu conoces no son las mismas que se aplican alli. Los jardines estan vallados con alambre de espinos para evitar que las bandas entren cuando tienen una pelea. Porque las peleas alli son, basicamente, a muerte. En muchas calles hay zapatillas de deporte colgadas de los hilos de los postes de telefono o de la luz. Son los trofeos de los pandilleros asesinados por haber traicionado al grupo y que avisan de que, en el Bronx, pocas bromas valen. Yo me senti ciertamente mal por estar dentro de aquel mini-bus observando en plan guiri las miserias de los demas. Pero tambien es cierto que ver, por ejemplo, una larga cola de personas ante una iglesia para recibir caridad sirvio para sacudir mi conciencia, ponerme de nuevo los pies en el suelo y acordarme de que el mundo sigue siendo muy injusto aunque yo este de vacaciones...

Las paredes del Bronx estan llenas de graffitis pintados por cada una de las bandas (algunos, como el de la foto, en honor de jefes muertos a manos de sus enemigos; otros para rendir tributo a niños que perdieron la vida demasiado pronto a causa de una bala perdida; otros, para recordar que la Policia tambien ha cometido asesinatos injustos...). Las ventanas de los colegios de primaria estan totalmente enrejadas. Son carceles en las que nadie sin permiso puede entrar o salir. Y, por supuesto, todos los niños son sometidos a controles de seguridad para comprobar si llevan armas o drogas encima. Porque a los seis años, un crio del Bronx no es como los que conocemos tu y yo.

Es justo decir que en ese barrio vive tambien gente humilde y muy trabajadora (casi todos los conductores de autobus de la City, por ejemplo, son de alli. Solo hace falta acordarse de la excelente pelicula de Robert de Niro Una historia del Bronx). Esas personas nada tienen que ver con las bandas que operan alli, pero ese diez por ciento que representan estos ultimos condiciona la vida del noventa por ciento restante. Solo una cosa devuelve la paz al Bronx: un partido de los Yankees. Porque el estadio esta en este barrio, en una de las zonas mas conflictivas y peligrosas. Pero ese dia, gentes de cualquier punto de la ciudad (ya vengan de Queens, de Brooklyn o de Manhattan) acuden a ver a su equipo favorito sin problemas y se firma una tregua en el barrio mas oscuro de NY.

De alli, cruzamos un puente y en diez minutos cambio el paisaje radicalmente: estabamos en la zona mas exclusiva de Queens, con mansiones de mas de un millon de dolares. Increible, pero New York es asi...

Mas tarde estuvimos en la zona hispana de Queens, en donde el sabor cubano, mexicano o puertoriqueño se intuia alla donde fijabas tu mirada. Pero cruzabas una calle y... ya estabas en territorio musulman, con mujeres cubiertas de arriba a abajo y tambien hombres cubiertos con turbante. Los contrastes de NY! Finalmente, fuimos al barrio judio ortodoxo de Brooklyn. El dia sagrado del Sabbhat estaba en su apogeo, y todo eran personas yendo y viniendo de las sinagogas. Se trata de una comunidad muy endogamica, se casan muy jovenes y normalmente con miembros de su propia familia y tienen tantos hijos como su Dios les da. Las mujeres llevan peluca o cubren su cabeza con pañuelos por la calle, pero en casa se los quitan porque el hombre no puede verla como un objeto de deseo, si no como una especie de maquina de procrear. Por eso visten con vestidos muy largos que cubren su cuerpo, incluso con tupidas medias negras en pleno verano. Ellos leen el libro sagrado del Talmut, que contiene el Pentateuco (los cinco primeros libros del Antiguo Testamento) desde una edad muy temprana y a los diez años ya se lo saben de memoria. Se dejan crecer la barba y esos curiosos tirabuzones en su cabeza rapada como simbolo de sus creencias en la pureza del hombre. Es una comunidad que tiene el privilegio, por ejemplo, de tener sus propias alas en los hospitales de Nueva York, donde solo pueden entrar ellos (con medicos judios, por supuesto) o linias propias de autobus (rotuladas en hebreo). Quizas sea porque son los propietarios de los negocios de diamantes y otras alhajas de la Quinta Avenida de Manhattan. Precisamente, de Brooklyn fuimos hasta Fifht Avenue y, pese a ser el sagrado dia del Sabath, ese que hace que ni siquiera puedan abrir las puertas de sus casas porque cualquier trabajo seria una ofensa a su dios (por eso ves a los niños cargando con las llaves), todas las joyerias estaban abiertas. Hmmm.. Mucho Talmut, pero me parece que lo que al final importa, como siempre, es el money...

Subimos andando hasta la Trump Tower, ya por nuestra cuenta. Nunca he visto nada mas hortera, la opulencia por la opulencia: un vestibulo con cascadas y marmoles rosas que parecia estar diciendote "Ehhh! Bienvenido al mundo de los ricos, ese en el que tu nunca podras estaar...". Alli hay una especie de centro comercial, aunque en lo alto de la Trump Tower hay oficinas y exclusivos y carisimos apartamentos. Justo en la esquina esta otro icono de la ciudad, alimentado sin duda por el cine y la literatura: la joyeria Tiffany's. No es que me crea Audrey Hepburn (solo faltaria), pero yo tambien me comi una cookie frente a su escaparate. Breakfast at Tiffany's. Desayuno con diamantes. Momento friki...

Ese dia estabamos muy nerviosos, terminaba nuestro viaje y nos faltaban algunas cosas por ver. Como el MoMa, el Museum of Modern Art, que quedo pendiente para la proxima vez porque esta, no pudo ser. Asi que comimos y fuimos a comprar una camara de fotos para mi padre. Desde alli (ya eran las cuatro y media) decidimos ir hasta Coney Island, un parque de atracciones situado en el sur de Brooklyn con un paseo maritimo frente al Oceano Atlantico. Es un lugar tremendamente decadente y estar alli es otra experiencia mas de lo distinta que puede ser New York dependiendo de donde estes. Hacia mucho frio, menos mal que llevaba un chubasquero de emergencia en mi mochila! Pero nos paramos a merendar en Nathan's y la cosa se puso mejor. Se trata del lugar donde nacio el perrito caliente y cada año se organiza alli un concurso de comedores de hotdogs que siempre vemos en television. "Estan locos estos americanos..." (Obelix dixit)

Desde alli, en taxi, nos dirigimos ya de noche (eran las siete y media) hasta el lugar que todos esperabamos ver para despedirnos de NYC: el mirador desde donde se puede admirar el skyline iluminado bajo el puente de Brooklyn.

Es muy emocionante estar alli, porque lo has visto tantas veces que... parece que sea de mentira, que estes viendo una pelicula en el cine. Alli se asoma Manhattan ante tus ojos, con los rascacielos engalanados con sus luces, el Empire State a lo lejos presidiendo las alturas, el rio East llegando a su encuentro con el Oceano.. Es alli donde te das cuenta de que ya eres parte de Nueva York, donde te das cuenta de que su energia te ha cautivado como a tantos otros antes que a ti. Y te prometes que no pasara mucho tiempo hasta que vuelvas a estar alli.

Porque todo seguira igual, esperandote aunque tu hayas cambiado.

Este post esta dedicado a mi hermana Elisabet, que no pudo ver con nosotros tres el Skyline iluminado, pero que volvera a NYC pronto para que sus luces se enciendan en su honor.